domingo, 20 de diciembre de 2015

Mujer.


 
Vuelvo a escribir… porque me encontré completa, y me encanté.
Me volví mujer y dejé de esperar que los demás den su opinión sobre mí,
Y me detuve a observarme, y crear mis propias opiniones.






Me volví independiente, me volví suficiente.
Me encontré en mi propio jardín de ensueño.
Y descubrí que no necesitaba de nadie para ser feliz,
Dios ya me había hecho completa.

Dejé de mirar de reojo la aprobación de los demás,
Dejé de buscar agradar a todos a mi alrededor,
Y me centré en agradar a Dios,
Y en buscar mi plenitud.

Mujer, tan mujer que los sentimientos los sigo llevando a flor de piel.
Mujer, con esa cualidad única de apreciar detalles.
Mujer, con la capacidad transformadora de ser quienes queremos ser cuando así lo deseamos.
Mujer, tan sensible, tan tenaz, tan suave y a la vez tan fuerte.

Mujer, con toda la fuerza que solo Dios nos dio a nosotras para salir adelante no importando la adversidad,
Con esa capacidad de ver lo bueno en todas las cosas,
Y de luchar incansablemente por alcanzar nuestros ideales.



Tan mujer que me hice mamá, y que mi vida se transformó y creció a su paso.
Tan mujer que me convertí en mujer recién con ella durmiendo en mi pecho,
Y me hice fuerte siendo fuerte para ella.
Porque al final, todo es para ella.





Tan mujer que soy inmensamente feliz,
Y en cada paso, me detengo a saborear cada sensación,
A disfrutar de cada detalle,
Y sobre todo, a agradecer por cada regalo de Dios a mi vida.












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