Vuelvo a escribir… porque me encontré completa, y me encanté.
Me volví mujer y dejé de esperar que los demás
den su opinión sobre mí,
Y me detuve a observarme, y crear mis propias
opiniones.
Me encontré en mi propio jardín de ensueño.
Y descubrí que no necesitaba de nadie para ser
feliz,
Dios ya me había hecho completa.
Dejé de mirar de reojo la aprobación de los
demás,
Dejé de buscar agradar a todos a mi alrededor,
Y me centré en agradar a Dios,
Y en buscar mi plenitud.
Mujer, tan mujer que los sentimientos los sigo
llevando a flor de piel.
Mujer, con la capacidad transformadora de ser
quienes queremos ser cuando así lo deseamos.
Mujer, tan sensible, tan tenaz, tan suave y a
la vez tan fuerte.
Mujer, con toda la fuerza que solo Dios nos
dio a nosotras para salir adelante no importando la adversidad,
Con esa capacidad de ver lo bueno en todas las
cosas,
Y de luchar incansablemente por alcanzar
nuestros ideales.
Tan mujer que me convertí en mujer recién con
ella durmiendo en mi pecho,
Y me hice fuerte siendo fuerte para ella.
Porque al final, todo es para ella.
Tan mujer que soy inmensamente feliz,
Y en cada paso, me detengo a saborear cada
sensación,
A disfrutar de cada detalle,
Y sobre todo, a agradecer por cada regalo de
Dios a mi vida.